El pasado viernes, nuestro equipo alevín A jugó un emocionante encuentro que, de haberse ganado, les hubiese proclamado campeón de liga una jornada antes de terminar.
Pero esa es la grandeza de este deporte. Las previsiones no siempre se cumplen y todos los partidos hay que jugarlos hasta el último minuto.
No fue justa la derrota porque fueron muchas las ocasiones creadas, pero el rival aprovechó sus oportunidades y los nuestros, excesiva e innecesariamente presionados por la responsabilidad, no fueron capaces de jugar con la alegría y soltura que venían haciéndolo durante toda la temporada.
Por la cara de algunos jugadores (y de algunos padres) tras el pitido final, podía vaticinarse un momento de tristeza y amargura, pero nada más lejos de la realidad.
Tras la ducha, nuestros jugadores/as fueron premiados con un regalo muy especial. El que fuera internacional y tres veces campeón de liga con el Real Madrid, Adolfo Aldana, les visitó en su vestuario y tuvo unas palabras de aliento y elogios para ellos.
Finalmente, todos los jugadores se marcharon a McDonald's y los padres, madres y simpatizantes del equipo aprovecharon para, de la mano del incombustible Pepe Lozano, disfrutar de una agradable noche al ritmo de bombo y platillo.
Al final, quedó demostrado que la derrota no tiene por qué ser amarga.
ANIMO CHAVALES
Llegar hasta donde habéis llegado es mucho más de lo que se os ha pedido.
